Crónica Challenge Barcelona-Maresme 2013 (III)
Rodar, rodar y bucear...
La bici en Calella comienza con un enlace hasta el circuito que atraviesa todo el pueblo, sector muy técnico por los pasos elevados, los desperfectos del asfalto, alcantarillas, pinturas, etc...
Una vez entrado en el circuito en si, todo comienza en una rotonda donde giraremos en dos vueltas largas (74km) y una tercera algo más corta (32km). La primera vuelta pasa rápida pero cautelosa, apenas llevo 1 mes y medio rodando con la Ordu, es una bici que invita a ir rápido y estrujarte, pero tengo mis dudas de como llevaré los 180km y si la comodidad de los primeros kilómetros no se convertirán en una cama de pinchos en la segunda parte.

La bici en Calella comienza con un enlace hasta el circuito que atraviesa todo el pueblo, sector muy técnico por los pasos elevados, los desperfectos del asfalto, alcantarillas, pinturas, etc...
Una vez entrado en el circuito en si, todo comienza en una rotonda donde giraremos en dos vueltas largas (74km) y una tercera algo más corta (32km). La primera vuelta pasa rápida pero cautelosa, apenas llevo 1 mes y medio rodando con la Ordu, es una bici que invita a ir rápido y estrujarte, pero tengo mis dudas de como llevaré los 180km y si la comodidad de los primeros kilómetros no se convertirán en una cama de pinchos en la segunda parte.
Completo una primera vuelta a un ritmo muy bueno, cercano al plan A, al llegar a la zona del faro es cuando se disfruta de verdad, en la curva de bajada al prueblo hay mucho público, hace sol y se debe estar del carajo ahí sentado. Como no, los dos animales están con vistas preferentes, es pasar para abajo y escuchar sus gritos y ver la bandera del club tendida en el asfalto. Subidón de ánimos y por la segunda vuelta.
No me ha dado tiempo a asimilar lo bien que voy cuando empiezo a notar que algo no va bien, voy como apajarado pero no me cuadra: he comido bien, he bebido lo estipulado y el ritmo ha sido exigente pero cómodo todo el rato. El momento coincide con un pequeño experimento que quise hacer la tarde de antes, he terminado con la comida que yo llevaba y me toca comenzar con la que da la organización. Increible pero es comerme la primera barrita y empezar a ir mejor, me costó 30km de malas sensaciones y de pensar que los fantasmas del doblete y el volumen bajo me dejarían fuera del sueño, pero no había tiempo para compadecerse, sino para comer, y mimar el cuerpo para que volviese a donde debía, a primera línea de batalla.
Giro en el punto de retorno de la segunda vuelta y vuelvo a coger el ritmo, es un circuito extraño, supuestamente es llano y paralelo a la costa, pero todo el rato te da la impresión de que la ida pica algo para arriba y que la vuelta se agradece. Me vengo arriba, empiezo a pasar gente y a rodar en grupo, era imposible no rozar el drafting o rebasar las distancias legales, en algunos momentos encontrabas auténticos trenes de trialtetas.

No me ha dado tiempo a asimilar lo bien que voy cuando empiezo a notar que algo no va bien, voy como apajarado pero no me cuadra: he comido bien, he bebido lo estipulado y el ritmo ha sido exigente pero cómodo todo el rato. El momento coincide con un pequeño experimento que quise hacer la tarde de antes, he terminado con la comida que yo llevaba y me toca comenzar con la que da la organización. Increible pero es comerme la primera barrita y empezar a ir mejor, me costó 30km de malas sensaciones y de pensar que los fantasmas del doblete y el volumen bajo me dejarían fuera del sueño, pero no había tiempo para compadecerse, sino para comer, y mimar el cuerpo para que volviese a donde debía, a primera línea de batalla.
Giro en el punto de retorno de la segunda vuelta y vuelvo a coger el ritmo, es un circuito extraño, supuestamente es llano y paralelo a la costa, pero todo el rato te da la impresión de que la ida pica algo para arriba y que la vuelta se agradece. Me vengo arriba, empiezo a pasar gente y a rodar en grupo, era imposible no rozar el drafting o rebasar las distancias legales, en algunos momentos encontrabas auténticos trenes de trialtetas.
Nos acercamos de nuevo a Calella y aparece el premio gordo de la jornada, unos nubarrones negros venidos de Mordor por lo menos, que no tardaron ni 3 minutos en empezar a descargar gotas del tamaño de mi cabeza, el casco retumbaba como si lo estuvieran golpeando a mano abierta, la cosa se pone fea y según avanzamos nos adentramos más en la típica tormenta de verano que parece que no pudiese descargar más agua durante menos tiempo.
Al llegar al punto de giro parece que la cosa está más calmada, vamos en dirección contraria a la tormenta y por aquí ya ha pasado, llueve pero mucho menos. Según comenzamos la zona de público ya no hay casi nadie, eso sí, no tenia ninguna duda, sabia que la enfermedad era grave, la filosofía 2.0 les había calado hasta los huesos, como el agua que les había duchado, literalmente vamos, sí allí estaban, Roberto y Uge, sin moverse del sitio, chorreando y con un paraguas de los chinos que habían decidido utilizar para cubrir sus pertenencias en el suelo y ellos dejarse abrazar por lo que estabamos viviendo desde dentro. Fue verlos y que se me pusiese la piel de gallina, ¡ole vuestra po**a santa!

Al llegar al punto de giro parece que la cosa está más calmada, vamos en dirección contraria a la tormenta y por aquí ya ha pasado, llueve pero mucho menos. Según comenzamos la zona de público ya no hay casi nadie, eso sí, no tenia ninguna duda, sabia que la enfermedad era grave, la filosofía 2.0 les había calado hasta los huesos, como el agua que les había duchado, literalmente vamos, sí allí estaban, Roberto y Uge, sin moverse del sitio, chorreando y con un paraguas de los chinos que habían decidido utilizar para cubrir sus pertenencias en el suelo y ellos dejarse abrazar por lo que estabamos viviendo desde dentro. Fue verlos y que se me pusiese la piel de gallina, ¡ole vuestra po**a santa!
Giro la rotonda, con más miedo que vergüenza y comienzo a subir hacia el circuito, Uge se cruza de lado y se dispone ha hacerse unos metros a lo Tour de Francia corriendo a mi lado y gritando en un perfecto Catalán algo que habría aprendido esa mañana y que serviría para animar... digo yo. A mi sólo se me ocurre coger el bote de agua y con la que está cayendo ponerme a echarme agua por la cara y por encima del casco diciendole que con este sol y este calor es imposible acabar la bici, madre mía como están las cabezas.

El resto, la vuelta corta, mejor no os la cuento, volvimos en dirección a la tormenta, en los pueblos por los que pasamos el agua atrancaba las alcantarillas, los voluntarios se habían quitado de los cruces para ponerse delante de las zonas medio inundadas por grandes charcos para avisar de que frenásemos antes de pasar, en los avituallamientos, ordas de voluntarios que habían desertado y los pobres que resistían no daban a vasto, asi que tocaba "self-service".
Decidí tomármelo a coña, disfrutar de la adversidad y limitarme a rodar, era imposible acoplarse, apretar o pensar en mantener el ritmo planificado. La otra opción era inflarte de llorar, bajarte en el siguiente pueblo y dar por pedida la batalla, pero claro, eso no entraba en el guión y al no encontrar la página donde lo ponia ni lo pensé.
Completo dos horas bajo la lluvia para volver al tramo de enlace, era de esperar pero lo hicieron bien, desde la organización habian colocado gente gritando antes de cada rotonda o curva cerrada avisando de que resbalaba en exceso, de echo se podían ver restos de caidas y un par de compañeros reponiendose del susto sentados en la acera.
En Calella ya no llovía, por ahora, y nos esperaba tan sólo una maratón para terminar, ¿qué mejor remedio para los tiritones que traía de la bici, que rodar hasta entrar en calor? Estaba deseando.

Decidí tomármelo a coña, disfrutar de la adversidad y limitarme a rodar, era imposible acoplarse, apretar o pensar en mantener el ritmo planificado. La otra opción era inflarte de llorar, bajarte en el siguiente pueblo y dar por pedida la batalla, pero claro, eso no entraba en el guión y al no encontrar la página donde lo ponia ni lo pensé.
Completo dos horas bajo la lluvia para volver al tramo de enlace, era de esperar pero lo hicieron bien, desde la organización habian colocado gente gritando antes de cada rotonda o curva cerrada avisando de que resbalaba en exceso, de echo se podían ver restos de caidas y un par de compañeros reponiendose del susto sentados en la acera.
En Calella ya no llovía, por ahora, y nos esperaba tan sólo una maratón para terminar, ¿qué mejor remedio para los tiritones que traía de la bici, que rodar hasta entrar en calor? Estaba deseando.
La maratón es ese sector en el que el deporte más individual y solitario del mundo, como es la larga distancia, se convierte de pronto en un deporte en equipo, donde pasar por los puntos donde está tu gente, gritar a la gente que te cruzas y conoces o simplemente simpatizar con el público más entregado hace que tenga sentido todo el camino que has recorrido hasta las inmediaciones de tu objetivo.
42km no son nada si lo que te espera es un título Finisher, ¿vamos, no?
[Seguir leyendo Crónica Challenge Barcelona-Maresme 2013 (y IV)]
42km no son nada si lo que te espera es un título Finisher, ¿vamos, no?
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