Crónica IRONMAN Vitoria 2022

Han pasado ya 3 años desde que me enfrenté a mi última distancia IRONMAN, esos 226km que tanta ilusión, tanta incertidumbre y tanta alegría me han regalado cada vez que me he enfrentado a ellos.

Desde Barcelona 2019 saltamos a Vitoria 2022, esta vez será diferente, afronto el viaje, que no la experiencia, en solitario. Mi gente no podrá acompañarme en el viaje, no podrá estar a mi lado en el día D y no soy consciente de conocer a nadie que acuda a la cita. No es problema, pero sí diferente, algo nuevo por vivir.

Recogida de dorsal en el que sería mi noveno distancia IRONMAN.

Tanto el viaje como los días anteriores a la prueba siempre son muy ajetreados, intentando que los nervios y las dudas, que siempre aparecen, no empañen los motivos para disfrutar de algo que tanto me gusta como es el ambiente previo a la prueba, los preparativos, el recorrer la ciudad, sus circuitos, esos últimos entrenos fáciles, flipándote en tu mente como si ya fuera el día de la prueba, ese mimo al preparar las bolsas de transición y esa tranquilidad final cuando todo está en su sitio y ya solo queda esperar al sonido de tu despertador, entonces, ya no habrá vuelta atrás.

La experiencia ha sido muy buena, he viajado en nuestra furgo, intentando ser 100% autosuficiente, disfrutando de esa otra forma de viajar que nos tiene enamorados y desplazándome en la "última milla" con la Brompton. Si vas sólo es genial, libertad para moverte, no depender de transporte público, de aparcar. Es salir, ir recorriendo camino a la vez que visitas la ciudad y moverte hasta la puerta de tu destino guardando piernas, para llegar, plegar y entrar como si de una pequeña maleta de viaje se tratase. Sin duda alguna acerté con la idea.

Víctor Arroyo, una de las bazas PRO Españolas.

Cameron Wurf, ex-ciclista profesional y corredor de grandes vueltas.

Viernes viajo por la mañana, recojo dorsal por la tarde y aprovecho para asistir a la rueda de prensa de los PROs, ver el montaje brutal de la carrera en pleno centro de la Ciudad, literal, y terminar reponiendo fuerzas en el famoso Welcome Dinner.

El sábado no será tan fácil, este IRONMAN tiene un gran atractivo, sus recorridos, enclavados en un paraje natural precioso para acabar con un Maratón en pleno centro de la ciudad, digna de una grande. Pero a la vez un hándicap, la logística de dos transiciones a más de 20km de distancia complica bastante la vida de los participantes el día previo a la prueba. Pero esta vez el ir con la furgo me salió perfecto. Nada más despertarme me desplazo desde el area de autocaravanas de Vitoria hasta el lago de Landa, donde nadaremos el Domingo. Café tranquilo en la furgo con vistas al lago, carrerita soltando piernas por las carreteras donde rodaremos los primeros kilómetros de esas "onduladas" carreteras Vitorianas, remojón en el lago probando por última vez el neopreno, comida, cerveza fresquita de premio y entrega de la bici en la T1, para regresar lo antes posible a Vitoria y volver a coger plaza en el que será nuestro cuartel general las próximas 48h.

Últimos preparativos antes de enfundarme el neopreno.

Cometo un error de novato, lo que me tiene un poco nervioso un par de horas, podría haber sido peor; y es que al ir en bici y tener que dejarla a buen recaudo en la T2, no salgo por la puerta que debía y olvido recoger el chip de carrera, estoy convencido de que en cualquier otro triatlón fuera de la marca IRONMAN esto hubiera supuesto un quebradero de cabeza y quien sabe si la imposibilidad de participar, pero esta gente juega en otra liga, una razón más para seguir apostando por la franquicia por muchos años. Y es que apenas dos horas después de cerrar el tiempo de entrega de material en las transiciones y cuando tan solo me quedaba rezar y esperar a buscar solución por la mañana al llegar a Landa, recibo un mensaje de la organización directamente a mi móvil para tranquilizarme, son consciente de que no tengo el chip y podré recoger el que me han dejado preparado a la mañana siguiente junto a mi bici, aún no me lo creo, la tranquilidad que me aportaron ante un error 100% mio y el cuidado al detalle que hay que tener para completar acciones como esta jugando con 2.500 inscritos no tiene precio. Repito, juegan en otra liga.

Vitoria debería estar en mi TOP de carreras para acudir en familia o recomendar a cualquier triatleta que busque debutar en la distancia.

Me voy a la cama con muy buenas sensaciones, una gran sonrisa del día vivido, asombrado por lo que monta esta gente en Vitoria y con una nota mental: Vitoria debería estar en mi TOP de carreras para acudir en familia o recomendar a cualquier triatleta que busque debutar en la distancia.

El día de la carrera siempre comienza pronto, ahora es algo más fácil, el ayuno me permite dormir un poco más y tachar una tarea que siempre es un quebradero de cabeza el día de la prueba y a unas horas tan tempranas, el desayuno. A penas 400m andando y ya estoy sentado en los autobuses que nos llevarán desde Vitoria al pantano de Landa, lugar de nuestro primer sector de carrera, la natación y paso de cada una de las tres vueltas de las que se compondrá el sector de bici. Ponemos zapas y alimentación en la bici, pasamos a ver que todo está bien en nuestra bolsa azul y buscamos un lugar tranquilo donde ponernos el neopreno, comer algo ligero y esperar a nuestra llamada a los cajones de salida.

Un poco de motivación en forma de música.

Me colocaría en el cajón de salida para un tiempo estimado de 1h10' para los 3.800m de agua, estimación algo más baja que mi tiempo real planeado, pero a nivel personal, por diversos motivos, así lo prefiero. El agua no aparenta ninguna dificultad, 20º, plato y boyas gigantes, tanto las de referencia como las de giro serán fácilmente visibles. Tenemos un recorrido triangular para salir del agua a pocos metros del punto donde saltamos al agua. Suena la bocina, hay "rolling start", y no pasan ni 10' desde la salida del primer grupo de edad cuando ya tengo los pies mojados. El noveno está en marcha.

Suena la bocina, hay "rolling start", y no pasan ni 10' desde la salida del primer grupo de edad cuando ya tengo los pies mojados. El noveno está en marcha.

Desde el comienzo me encuentro muy cómodo, hace tiempo que "aprendí" a calentar y entrar al agua con las pulsaciones preparadas para evitar sustos. Vamos un grupo numeroso pero se puede nadar cómodo, las tiradas hasta los puntos de giro son largas, este primer largo tendrá fácilmente 1.500m, marcado a la perfección cada 200m por una boya enorme. Todo va bien hasta el primer punto de giro, menuda manta de palos me caen, ¡pero hombre!, yo saliéndome hacia el exterior del giro, dejando espacio ¿y me cae la que me cae? Miro el reloj y el ritmo no acompaña las sensaciones, extraño, pero tampoco he nadado este año como para hacer MMP así que me quedo con lo tranquilo que voy y sigo intentando hacer las cosas bien, la lección la traigo bien explicada de casa. Segunda boya, misma imagen, ¿pero qué mania tenéis de intentar ahogar a la gente? No importa, estamos en el tramo de salida, ya solo queda restar.

Salida fácil, prado verde, alfombra roja y hasta la bandera de gente animando, subo la cuesta andando y aprovecho para bajar el neopreno, y como es habitual en mis T1, todo muy simple, neopreno fuera, dorsal y casco dentro y a correr, en la bici me esperan tanto las zapatillas como la alimentación... Y las ganas, ganas de rodar, ¡ganas de volar!

Bicis preparadas en la T1, la calma antes de la batalla.

Nada más subirme a la bici como, es uno de los aspectos que he entrenado y que quiero ejecutar en este IRONMAN, comer más y mejor, veremos si funciona. La estrategia será dos bidones de 750, para consumir en 3h cada uno e ingerir por duplicado lo siguiente: 1 dosis de isotónico, 3 pastillas de sales, 3 geles normales y 3 más con cafeína, todo diluido en el agua que quepa tras meter todo esto en un sólo bidón. Además sumaré una barrita cada hora. ¿Cómo lo llevé todo? De salida sólo llevaba un bote en la bici, espacio para coger agua en los avituallamientos y 3 barritas en el mono, el resto lo recogeré al final de la primera vuelta en el avituallamiento especial puesto a disposición nuestra por la organización.

Sabia que la bici no sería la más rápida de mi vida, digamos que cada vuelta se dividía en 4 zonas bien marcadas, un cuadrado: Primer tramo de constante sube y baja, segundo lado más lento, de cruce de pueblos y constantes curvas cerradas. El tercer tramo largo es el más rápido, paralelo a la autovía de entrada a Vitoria, durante todo el día bien azotado de viento y un tramo final de ascenso al lago. Teníamos por delante dos vueltas largas de 75km y una final muy parecida pero recortada a 40km aproximadamente.
El sector de ciclismo estuvo marcado por el calor y el viento, más presente el viento, el cual enmascaraba el calor y nos fue consumiendo poco a poco.
El sector de ciclismo estuvo marcado por el calor y el viento, más presente el viento, el cual enmascaraba el calor y nos fue consumiendo poco a poco. Mucha agua en los avituallamientos, paciencia en el par de repechos por vuelta que te hacían poner el molinillo y apretar los dientes; cabeza para no fundir las piernas antes del pasito que nos esperaba por el centro de Vitoria.

Comí como tenia previsto, bebí a demanda, me encontré muy cómodo durante las primeras 5h y manteniendo una media cercana a los 30km/h, lo previsto. Sólo sufrí, como el resto de los mortales, haciéndose un poco larga, la última vuelta/hora antes de desviarnos hacia el centro de Vitoria. Todo estuvo marcado por el calor, en mi caso teniendo que parar en la última vuelta a quitarme el casco y "ducharme" en agua fresca para no explotar y llegar algo más fresco a la maratón.

Sector de ciclismo por las calles de Vitoria. Foto: Mikel Aguirre Photo

Mola de este tipo de circuitos con varias vueltas ser doblado por los PROs, lo siento no puedo evitarlo, lo flipé, van en moto. A mí me pasaron en el kilómetro 60 aproximadamente, para ellos el 130, en cabeza Cameron Wurf, subiendo al lago de Landa, acoplado y relajado y dando una potencia, como ya os digo, inhumana. También juegan en otra liga, pero en pocos deportes puedes "competir" el mismo día, en los mismos circuitos y compartiendo salida y meta, con los mejores del mundo de la especialidad.

Tras seis horas escasas de bici me planto en la T2, momento de alivio siempre, fuera el componente mecánico, ahora tan solo depende de ti. La transición de bici a pie en Vitoria es especial y espectacular, la bici no la colocas tú en las barras, te bajas, te la recoge un voluntario y a correr. Recorres una calle entera sobre alfombra roja, corriendo descalzo y de público hasta arriba, te sientes PRO a todas luces.
En pocos deportes puedes "competir" el mismo día, en los mismos circuitos y compartiendo salida y meta, con los mejores del mundo de la especialidad.
Salgo a correr rápido, demasiado, pero los ánimos del público, un primer paso por la Plaza de España (donde se encuentra la meta y cada paso tras vuelta) y las ganas de mover músculos diferentes a los de pedalear, te hacen no mirar el reloj y venirte arriba un poquito. Tranquilos, la cosa no tardó en cambiar, tras tres kilómetros por debajo de 5min/km la imagen no podía ser mas preocupante, David sentado en un banco con dos bolas como mi cabeza en ambos cuádriceps y sin ni siquiera poder mantenerme de pie... Me siento, me masajeo y me mentalizo de que va a ser una Maratón muyyy laaargaaa.

Realmente no tardo mucho en probar a andar, me pinchan los cuadriceps y veo que voy más cómodo trotando que andando, mentalmente tenía el recuerdo al llegar a meta, de haber andando toda la maratón, pero cual fue mi sorpresa que al analizar un poco los parciales al día siguiente, hasta el kilómetro 16 de carrera mi ritmo fue constante y siempre inferior a 6min/km.

Increíbles carreteras por las que rodaríamos el día de la prueba.

En este punto me noto vacío, es extraño, he ido comiendo y bebiendo según lo previsto, en el sector de carrera el plan era beber a sorbitos Coca-Cola o Red Bull y tomar un gel Maurten, disponible en los avituallamientos de carrera, cada 30min, pero aún así el esfuerzo, el viento y sobre todo el calor de la bici ha pasado factura. No me sorprendo, caigo en que es claramente el sector a pié de IRONMAN en el que mas gente he visto andando en una primera vuelta, eso sin contar los corredores que he podido ver ya con los pies en alto en una sombra al borde del circuito o directamente evacuados por los servicios médicos. Calor, muchísimo calor.
En este punto me noto vacío, he ido comiendo y bebiendo según lo previsto, pero aún así el esfuerzo, el viento y sobre todo el calor de la bici ha pasado factura.
Recupero tras comer y beber mientras ando durante fácilmente 5 o 6 kilómetros, un par de avituallamientos después retomo a trotar, pero sería un espejismo, el resto de la crónica de mi Maratón es la de un tío con la cabeza muy dura, sensaciones muy malas y luchando a ritmo de paseo por comer vuelta tras vuelta hacia esa ansiada meta bajo la gran M.

Creo que ha sido mi día más duro en IRONMAN, es cierto que me faltaba volumen de agua y carrera, de bici iba sobrado. Comencé el año corriendo mucho pero según se acercaba la cita en Vitoria mi volumen a pie dejaba mucho que desear. El calor tampoco ayudó, y el viento nos hizo gastar mucho en los 180km de ciclismo. Pero esto no fue motivo para no luchar, comer, beber y mantenerme "vivo" a toda costa, sinceramente creo que fue el gran error de mucha gente ese día, te sientes flojo, no te entra nada y solo luchas por avanzar, olvidando llenar depósitos, con lo que estás condenado a lo peor más pronto que tarde.

La entrada en meta fue ansiada, más que ansiada, liberadora, iba muy muy desgastado, no tan efusiva como aquellos días en los que todo sale bien, pero no lo voy a negar, volvía a escuchar esa famosa frase: "YOU ARE AN IRONMAN!!" y eso no pasa todos los días. Toca sonreír, disfrutar del momento, intentar empaparte de cada imagen, cada instante y por supuesto recordar y dedicar la entrada en meta a los tuyos.
La entrada en meta fue ansiada, liberadora, no tan efusiva como aquellos días en los que todo sale bien, volvía a escuchar esa famosa frase: "YOU ARE AN IRONMAN!!" y eso no pasa todos los días. 
El noveno ya está en casa, el COVID lo ha echo esperar. Las sensaciones, los recuerdos y el análisis de esas horas pasadas en carrera son cada vez más positivas según pasan los días. Pero no hay que dormirse, todo esto motiva, el décimo está marcado en el calendario en apenas un mes y medio y entre medias algunas citas para no acudir con el mismo déficit de agua y carrera.

Ahora nos espera el Veleta, en agosto seremos Franceses, esta vez el equipo al completo. ¿Volveremos con el décimo? Os voy contando, es hora de ir cerrando un plan que comenzó hace ahora casi 12 años.

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