Generali Maratón de Málaga, por ahora mejor solo media...
Este pasado Domingo tuve la suerte de poder correr y terminar la Generali Maratón de Málaga, pero pongámonos en contexto, esta historia comienza un año antes.
En Diciembre de 2021 decido alargar la temporada y apuntarme a la Media Maratón de Málaga, el plan familiar para ese finde siempre es de nuestro agrado y además tenia piernas y ganas de probarme, a esas alturas del año, tras volver con chispa de otras pruebas de larga distancia.
La experiencia no pudo ser más grata, eran innumerables los detalles en los que la organización había mejorado y puesto un punto mas de cuidado, sí cabe, que en ediciones anteriores. Con salida y meta trasladadas a pleno centro de la ciudad, con la salida conjunta de ambas pruebas, media y maratón, un circuito plano, cercano al mar y con liebres de verdad, de las que van corriendo, no inventos locos de marcar ritmos con bicis, la cosa pintaba muy muy bien.
Y así fue, un día espectacular, todo lo que puedas imaginar fue bien: salida, ambiente, gente animando, circuito limpio de obstáculos, ancho, bastante gente corriendo a tu alrededor, liebres clavadas y encima de todo, yo iba con piernas y con ganas. La cosa acabó con marca personal y una sensación extraña de querer dejar el desvío que me llevaba a la meta de mis 21 kilómetros y continuar corriendo con aquellos que buscaban la línea de llegada de los 42.
Ese sentimiento fue el motivo por el que en este 2022 me presenté de nuevo en la línea de salida de esta estupenda, o no tanto, maratón.
Empecemos reconociendo que mi estado de forma estaba por debajo del que presenté justo un año antes y que para colmo me enfrentaba al doble de distancia. Pero lo que me gustaría reflejar en esta entrada es mi sentimiento agridulce de cómo el mismo evento puede pasar de ser visto como algo extraordinario a una prueba mas del montón.
Y es que no son lo mismo los puntos a cubrir en una media que en una maratón, aunque los prepares con el mismo mimo. Dejadme que os cuente en el orden en que yo lo fui viviendo.
Para comenzar la feria del corredor, por alguna extraña razón ha pasado de celebrarse en el centro de la pista de un pabellón cubierto enorme, Palacio de Deportes Martín Carpena, a una terminal del puerto de Málaga, que aunque tiene su atractivo, no hacia más que aglomerar un pasillo estrecho y casi sin luz de pequeños stands difíciles de diferenciar en tan poco espacio y con tantísima gente. Por otro lado comentar que la bolsa del corredor no llevaba nada, cuando digo nada es que simplemente podías encontrar tu dorsal y una camiseta de calidad "carrera de pueblo a 5€", perdonad pero así es. Cómo único detalle destacable, útil y muy de agradecer, era la inclusión de dos billetes gratuitos de autobús para cualquier línea de la ciudad el día de la prueba, yo usé ambos y fue una gozada poder moverte antes y después de la carrera en trasporte público, de forma gratuita y cómoda, punto muy positivo.
Respecto a la salida y sus primeros kilómetros, no podia más que confirmar los motivos por los que había vuelto a la prueba, pero claro, todo cambió justo donde me había quedado con más ganas un año antes.
¿Por qué nos empeñamos en hacer cosas más y más grandes y no nos centramos en alcanzar la excelencia en los puntos fuertes que ya ofrecemos?
Y mi gran pregunta es: ¿por qué nos empeñamos en hacer cosas más y más grandes con tantísimos inconvenientes y no nos centramos en mantener o alcanzar la excelencia en los puntos fuertes que ya ofrecemos? Estoy seguro de que Málaga tiene una de las mejores medias maratones con diferencia, pero no creo que sea lo mismo, actualmente, su maratón.
Uno de los principales problemas es que el 80% de los participantes salió del recorrido al paso por la primera meta, la del kilómetro 21, por lo tanto pasamos de correr muy acompañados y en grupos unidos a casi pasar a la soledad en avenidas grandes y desoladas. Lo mismo pasó con el público, su corredor ya ha terminado, es raro que continúen animando, pasamos de estar arropados en cada esquina a la soledad de avenidas grandes y desoladas.
Como es normal para recorrer 42 kilómetros sin repetir recorrido hay que abarcar muchas calles de una ciudad. Y, o tienes una ciudad enorme y preciosa en cada una de sus zonas, o te tocará dejar para más tarde polígonos industriales, calles vacías o avenidas de las afueras en las que no correrías ni por equivocación y en las que por supuesto nadie tendrá la intención de acudir a animarte. Y ojo, que esto pasa hasta en las maratones de las grandes ciudades, pero claro si además la ciudad no es una gran capital mundial, es difícil diseñar un recorrido atractivo, que no sea ratonero o te deje cortado todo el centro neurálgico durante más de seis horas una mañana de Domingo.
A esto hay que sumar que no son lo mismo los avituallamientos que un atleta necesita para corer algo más de una hora y media, que los que vas a buscar tras más de tres horas de esfuerzo. Y es que de principio a fin los productos ofrecidos en cada punto eran: agua, isotónico, naranjas y plátanos. Supongo que una cosa lleva a la otra, para conseguir patrocinios, en este caso una marca de nutrición que cubra estas necesidades, necesitas un número de atletas mucho más alto que 2.000 personas para venderlo como escaparate de promoción de un producto de cierta marca de prestigio. E igual pasa en la entrada a meta, creo que todos buscamos algo más que agua y fruta al terminar una prueba de esta envergadura por la que has pagado un importe, que para muchos bolsillos, no es precisamente barato, aunque este es otro tema.
Málaga tiene una media maratón increíble, pero una maratón muy por debajo de la oferta actual a nivel nacional.
Como reflexión personal final, Málaga tiene una media maratón increíble en pleno mes de Diciembre, pero, una maratón muy por debajo de la oferta actual a nivel nacional que otras ciudades como Sevilla o Valencia están ofreciendo. ¿Llegarán algún día a esos niveles? No lo dudo, si siguen trabajando en el mismo camino seguro que lo lograrán y allí estaré para poder comprobarlo, pero hasta entonces, esperamos que no descuiden una media que debería ser fecha fija para todos los corredores del lugar.
Dudaba si dejar o no este comentario porque no puedo ser muy objetivo: mis vivencias personales y mi relación -agridulce- con Málaga tras varios años viviendo allí me lo impiden. Pero precisamente por eso al final he decido hacerlo, porque la opinión que reflejas coincide exactamente con la mía y tú seguramente no estás tan sesgado :)
ResponderEliminarDesde que empecé a correr, la maratón de Málaga nunca ha estado en mi lista de objetivos y mira que por logística y conocidos sería faciísimo hacerla. La ciudad es un sitio estupendo para vivir y correr pero nunca le he visto, como bien describes, potencial para correr 42km. Incluso maratones más consolidadas y con un área urbana más extensa ya sufren para completar una distancia tan larga sin recorrer sitios insulsos o casi inhóspitos. Casi siempre hay tramos feos o con poca animación, es inevitable, pero hay que saber dónde poner el límite.
Y esto no es un ataque a Málaga, ni mucho menos. Es una ciudad que está haciendo las cosas muy bien, creciendo culturamente, en infraestructuras y atrayendo empresas y capital como ninguna otra en Andalucía. Esto es un problema que afecta a más ciudades, tanto medias como pequeñas que no quieren quedarse fuera del tren de tener su propia maratón. Pero al final creo que cada lugar tiene que medir su potencial, sus características y sus fortalezas y ofrecer algo propio, distintivo. Solo así podrá diferenciarse en un mundo de runners y trail runners que no deja de crecer. Las carreras de montaña lo tienen relativamente fácil ya que cada sierra y paraje es distinto, pero en asfalto o "pista" eso cambia.
Ejemplos hay muchos y muy buenos: los míticos 10K de la San Antón en Jaén, custodiados por las antorchas de su tradición; la novedosa Sherry de Jerez que te deja correr entre viñedos y bodegas (ahí quizás podríamos discutir si tienen sentido las tres distancias), la media maratón de Mérida (pendiente en mi lista) que te guía por las galerías de su anfiteatro romano o la de Córdoba con la llegada en su arco triunfal... Incluso otras carreras objetivamente feas, como la media maratón de los Palacios (decana de Andalucía, este próximo domingo se celebra) tienen un final de alfombra roja y un ambiente en su llegada al pueblo que son espectaculares. O la de Elvas - Badajoz en la que cruzas de Portugal a España. No van a ser carreras de prestigio mundial, porque no todas las ciudades son Nueva York, Londres o París pero precisamente por eso, tienen que aportar algo distinto.
En fin, reflexiones vagas de corredores que somos más que eso, porque no todo es correr.
Un abrazo fuerte, amigo.
Félix
Cuando yo digo que este tipo escribe menos de lo que debería, o por lo menos yo no lo leo, tenéis que darme la razón. Brutal texto, ya no por coincidir en opiniones, sino por la completa y detallada lista de razones que apoyan y describen tu opinión. Gracias por compartirla con nosotros y por favor, mantenme informado de esa lista de "pendientes" ;-)
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