Crónica Maratón de Roma

El dorsal vino en forma de regalo de cumpleaños y menudo regalo. Correr una maratón internacional siempre mola, pero si además el plan viene envuelto en un fin de semana familiar con los tuyos, eso ya es otro nivel.

La escapada la dibujaron los Ardid y mi santa señora decidió que era buena idea apuntarse. Roma creo que  está en la lista de destinos que cualquiera quisiera visitar, pero es que creo que correr su maratón ha sido mejor idea incluso que hacer turismo por sus calles.

Dicen que es la salida de maratón más bella del mundo, no seré yo el que lo ponga en duda...

Con salida y meta en la misma avenida donde el gran Coliseo parece vigilar el centro histórico de la ciudad, el momento de partida viene marcado por nueve cazas del ejercito italiano dibujando sobre nuestras cabezas la bandera del país. Piel de gallina y lágrima a flor de piel, recuerdas horas de entreno y esfuerzos cotidianos para poder estar en esta primera victoria, la linea de salida. Dicen que muy posiblemente sea la salida de maratón más bella del mundo, no seré yo el que lo ponga en duda...

Casi 13.000 corredores e innumerables globos marcando los "pacers" que nos acompañarán en nuestra marca objetivo, dan paso a una lluvia de papelillos de colores y un grito conjunto de efusividad y alegría. Los primeros kilómetros viene marcados por un poco de empedrado y grandes avenidas para poco a poco alejarnos del centro de la ciudad, el recorrido será algo así como un ida y vuelta paralelo al rio que baña la ciudad y una ruta monumental de los puntos clave de la historia de Roma.

Los kilómetros pasan, mi objetivo está claro, olvidarme del reloj, de los ritmos y disfrutar, esta vez no será la de apretar, la de pensar en marcas personales o mejoras de tiempo en mis registros, hay que ser conscientes de cómo venimos y de lo que esperamos obtener y aportar a nuestro cuerpo y mente. Queremos disfrutar.

El recorrido es un auténtico espectáculo, quizá alguien podría pensar que esta primera parte es más fea pero para mí todo tiene su atractivo, grandes avenidas, parte más moderna de la ciudad y kilómetros fáciles entre el tumulto y el subidón de estar donde estamos haciendo lo que queremos. Para mí el primer punto destacable del recorrido fue el paso por el Vaticano, allá por el kilómetro 16 cruzas un puente, giras una esquina y te encuentras en plena avenida de entrada a la Plaza de San Pedro, increíble las dimensiones del conjunto monumental, muy asombrado por lo que veo y lo privilegiado que me siento pudiendo estar allí en ese momento. La carrera nos llevará hasta bordear la misma plaza para despedirnos buscando de nuevo alejarnos hacia el siguiente vértice del recorrido que nos hará girar en busca de la meta.

En el kilómetro 30 la ciudad nos guarda la única dificultad en forma de desnivel en todo el recorrido, una subida dura y mantenida que más tarde premiará con su respectiva bajada. Final de subida famosa por que el avituallamiento incluye una sorpresa, ¡una barbacoa y pinchitos para todos! Es cierto, tan cierto como que fuera de la broma, como es lógico, no vi a nadie coger uno.

Para mí hice la maratón perfecta para las piernas que llevaba.

Desde el 35, ese muro que todos tememos y que esta vez fue inexistente para mí, así lo planeé y así lo cumplí, mi ritmo era de "empujar" no de pasear, pero lo suficientemente exigente como para no sufrir en exceso y disfrutar de todo el recorrido sin ni siquiera tener que pensar en caminar o aprovechar los pasos por el agua más tranquilos. Para mí hice la maratón perfecta para las piernas que llevaba. Pero como os decía, desde el 35 la carrera nos regala un espectáculo para el visitante, un paseo a orillas de su rio con el Trastévere en la otra orilla y un no parar de esquinas y puntos míticos de la historia Romana.

El paso por la Piazza del Popolo y al poco por la Plaza de España, dan lugar a la zona más abarrotada de público, el centro de la ciudad. Son los kilómetros finales, las piernas pesas y nuestras articulaciones ya notan nuestra falta de técnica y los casi 7 kilómetros de adoquines y empedrado que llevamos acumulado.

Un giro que casi no esperas te devuelve de nuevo a la rotonda del parlamento, escasos 200 metros para meta, Coliseo de fondo, es el momento de disfrutar, la maratón ya está lista y la experiencia inmejorable.

Mi día fue redondo, el cariño y el ánimo de los nuestros, el apoyo de mi mujer y mi hijo en la Plaza de España, las fotos del día anterior, las risas, los momentos disfrutados, ¡y los que nos quedaban! Todo empujó para cruzar la línea de meta con una sonrisa infinita, sabedor además de que el resultado de mis dos acompañantes había sido todo un éxito, menudos marcones, ¡felicidades amigos!

Experiencia más que recomendable, logística fácil y precio asequible, eso sí, lo siento pero no tendréis la suerte de viajar con el equipazo que yo lo hago... NO CLUB Project


Comentarios

  1. Ole ahi, ya me habías contado, pero leerlo aquí ha sido emocionante. ¡¡¡Te admiro amigo!!! Algún día yo haré esa maratón. ¡¡¡Algún día!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Adolfo!! Esa admiración es mutua, cada uno con sus retos y proyectos personales. Esperando estoy tus impresiones tras cruzar la línea de meta. BRAVO!!

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares...

Nike Zoom Fly 5: Crónica de una decepción

Generali Maratón de Málaga, por ahora mejor solo media...

Crónica IRONMAN 70.3 Valencia