Crónica QUEBRANTAHUESOS 2023

La prueba cicloturista Quebrantahuesos, de aquí en adelante QH, parecía maldita, era la tercera vez que la intentábamos hacer y una edición fallida por ola de frio y otra cancelación por ola de calor, daba paso a la tercera intentona que parecía la que cumplía el refrán.

No era mi primera marcha cicloturista de largo recorrido, el año pasado ya afrontamos La Indomable en Berja en modo preparatorio, pero sí la primera en la que sabía del ambiente, la relevancia de la prueba a nivel nacional y la cantidad de ciclistas de los que nos rodearíamos en todo momento. La Indomable en mi cabeza, parecía más un entreno especial entre amigos, aun siendo la misma distancia y +500m de desnivel más que la QH, y la QH una competición en la que salir a dar lo mejor de cada uno, no me preguntéis por qué.

Decisiones en segundos, movimientos arriesgados, pulso por las nubes, nervios a 100, adrenalina a flor de piel; fueron casi 55min de auténtica locura, no queríamos quedarnos en tierra de nadie.

El día amaneció despejado aunque con algunas nubes que prometían dar guerra en la parte alta de algún puerto; de primeras la temperatura y el cielo eran los perfectos para un día exigente de ciclismo.



Llegamos hasta la zona de salida Manel y yo, desde casa ya montados en nuestras bicis, escasos 5km de enlace para llegar a unos cajones de salida ya bastante poblados y con un ambiente digno de la fama que precede a la prueba. De la cabeza no se nos iba la ausencia de Migue, un pequeño percance entrenando la prueba lo privó de tomar la salida, pero no de sumar una razón más para volver a Sabiñánigo y tomarse su revancha, estaremos a tu lado amigo.



Pistoletazo de salida y muchos nervios, escasos metros por las calles de la localidad y rápidamente a la "pequeña autovía" que une Sabiñánigo con Jaca. En este trazado es donde realmente me di cuenta de la cantidad de gente que había y del cuidado que debíamos tener hasta llegar a la base del primer puerto. Cada grupo intentando coger su ritmo, su posición, gente que te pasaba por todos lados, más habilidosos, más noveles, trenes circulando a 15 o 20km/h más rápido de lo que ibas tu, salidas de gente que intentaba engancharse, decisiones en segundos, movimientos arriesgados, pulso por las nubes, nervios a 100, adrenalina a flor de piel; fueron casi 55min de auténtica locura, no queríamos quedarnos en tierra de nadie, yo no quería perder a Manel en este tramo de enlace y sabíamos de la importancia de coger una buena rueda y avanzar protegidos y veloces camino de la base de Somport.

40km en 55min y 22seg fue el resultado de esta "excursión". Todo se puso en su sitio apenas pasar la Estación de Canfranc, no era el inicio oficial del puerto, pero una pequeña subida de un par de kilómetros y algunos toboganes calmaron los ánimos.



Somport era territorio conocido, el año pasado en un par de días de reconocimiento por la zona lo pudimos subir y disfrutar de su encanto.

16km con un inicio muy calmado, puerto que realmente comienza a contar en su parte final, rampas constantes, un ambiente digno de las grandes ocasiones y mucha calma en el coco para no pasarse y llegar entero a la larga bajada de casi 40km que nos esperaba en su cima. En esta primera dificultad sabía que perdería de vista la rueda de Manel, mucho mejor escalador que un servidor, pero no podría saber que en el descenso estaríamos a escasos cientos de metros sin ser conscientes de la cercanía, pena.

La bajada nada más cruzar la frontera Francesa es preciosa, una parte más técnica al inicio, con amplias curvas y carreteras anchas, dan paso a un "gran cañon" en el que te vas metiendo bajo la roca dibujando la misma línea que el cauce del rio y jugando con las vías del tren por carreteras estrechas delineadas entre rocas y pequeños muros de piedra. No es tiempo para relajarse, una nueva zona de llano llega y tan importante como en la parte inicial es primordial remar para alcanzar un grupo, o mejor dicho, poner ritmo vivo para tener la opción de, llegado el momento, saltar al siguiente tren. De nuevo en mi terreno disfruté muchísimo de ese trabajo conjunto y unos kilómetros de rodar en grupo a altas velocidades intentando disfrutar del entorno por el que nos movíamos.



Una curva cerrada a derechas marca el pistoletazo de salida del puerto que, para mi opinión, marca tu paso por la QH, son 4-5km de desniveles superiores al 10,5% en una agonía constante por llegar al final de la recta o restar la siguiente curva camino de la cima. Imposible no motivarse, carreteras estrechas entre vegetación y asfalto plagado de ciclistas mires donde mires. Fue duro y se hizo más aún por el calor que pasamos, el sol pegaba fuerte en casi todo el recorrido, recorrido en el que no te puedes relajar ni un segundo, entre la cantidad de participantes que nos agolpábamos, las motos de la organización y alguna ambulancia intentando ganar terreno camino de alguna emergencia, poner pie a tierra podría suponer continuar andando un buen rato hasta encontrar un lugar en el que poder retomar la marcha sin riesgos. Hablando de poner pie a tierra, este fue el primer punto en el que ya se podían ver participantes afrontando las rampas más duras bicicleta en mano.

La cima se sitúa en un pequeño ensanche de la carretera que no da para más que el cartel del puerto y  tu lucha contra tus cuádriceps para arrancar de una vez por todas la bajada hasta el primer gran avituallamiento de la carrera, increíble la imagen de "hormiguero" de la que se disfruta según te acercas, como cada punto en esta marcha, todo muy cuidado para una nota muy alta a nivel de organización. Relleno bidones, como algo rápido, me pongo medio sandwich en la boca y a por otra bajada de infarto.


Carretera de montaña al 100%, parajes increíbles, preciosos, curvas cerradas, vegetación por todos sitios, digno de una gran vuelta. Aún a estas alturas y tras más de 100km de ruta, todas la alertas encendidas ante los lumbreras que eligen cualquier hueco para intentar ganar una posición que perderán en la siguiente subida, lo del nivel de "flipados" en el ciclismo es digno de estudio, incluso más que en triatlón, deporte más moderno y con reglas algo más estrictas en tema de seguridad y comportamiento en carrera, ¿adelantar por la derecha?, ¡vamos hombre!.

Portalet es el puerto temido por todos, pero no sé por qué, no lo era para mi, sabía de su fama debido a su cantidad de kilómetros en subida, pero sé que no son subidas que me perjudiquen tanto como las de mayor dureza, tu ritmo y una cabeza centrada en comer terreno sea al paso que sea era mi plan hasta superar la que sería, para muchos, la puerta de entrada hacia meta. 


Lo que no contaba era con mis problemas estomacales, es cierto que en IRONMAN tengo una estrategia alimentaria muy consolidada que sé que me funciona y que entreno una vez tras otra, pero no para ciclismo, y es que no es lo mismo llevar planificada al 100% tu estrategia nutricional y tirar solo de lo que sabes que te funciona, por que tienes puntos donde ir rellenando existencia a lo largo de la prueba, sobre todo en las transiciones, que una prueba en la que vas a estar 8 o más horas en las que solo te podrás abastecer de lo que puedas llevar encima y es que el resto será apoyándote en lo que la organización te ofrezca en los avituallamientos. Y ojo que era completísimos y muy variados, pero al fin y al cavo nuestro estómago no está acostumbrado a ese baile de azúcar, pan, frutos secos y bebidas multicolor.
No podía comer, no me entraba nada y el puerto me iba consumiendo, sabía que a 10km de la cima había un avituallamiento, así que poco antes y en territorio de escapatoria segura, como diría la jefa, decido parar, intentar ir al baño y tratar de comer algo mientras doy algo de aire a mis piernas.
Consigo hacer hueco y comer algo, pero ya no iría fino hasta casi linea de meta, no son excusas, son situaciones en carrera.


Superar Portalet te hace recrear en tu cabeza las tardes de verano delante de la pantalla viendo a esos titanes correr el Tour de Francia, es un puerto increíble, discurre por un inmenso valle que mires a donde mires te deja postales grabadas a fuego en la retina. Pastos verdes recorridos por riachuelos del deshielo, cumbres grises de roca nevada al fondo, sus famosos túneles abiertos, rectas empinadas sin fin y un innumerable grupo de familias apostadas a pie de carretera disfrutando de su día de montaña que no dejan de darte envidia ante su mesa repleta de manjares y bebidas frescas, a la vez que te empujan con sus ánimos. Sin duda alguna sería el puerto perfecto al que llegar con piernas y fuerzas para disfrutar de él subiéndolo en grupeta cualquier Domingo pensando en el desayuno que te espera arriba.

Al coronar este último puerto las sensaciones son contradictorias, tu yo más optimistas te habla de que ya lo tienes, tu yo más realista es capaz de leer que quedan más de 40km hasta meta y que por medio tendrás que subir una última sorpresa llamada la Hoz de Jaca. Para los ciclistas de Granada os diré que la última tachuela del recorrido es lo más parecido a las primeras curvas de la carretera de El Duque coronando al final una aldea de apenas 12 casas con un ambiente de película para recibir a cada uno de los valientes que consigue superar, la que esta vez sí, sería la última subida del día. Después rodearemos el precios embalse que se sitúa a pies de la localidad para volver a la misma carretera que tratamos desde la cima del Portalet y volveremos a la guerra, esta vez más fundamental aún si es posible, de no navegar en solitario el resto de recorrido benevolente para nuestras piernas hasta Sabiñánigo.

Entrada en meta cual profesional ganador de una etapa con los brazos en alto, felicidad y alivio por partes iguales, la familia en la cabeza, los amigos en las gradas.

El resto ya es historia, entrada en meta cual profesional ganador de una etapa con los brazos en alto, felicidad y alivio por partes iguales, la familia en la cabeza, los amigos en las gradas y esa sonrisa en la cara de Manel que rubricaba sus expectativas cumplidas, menudo carrerón amigo, felicidades.



Por mi parte una gran experiencia, quizá demasiado riesgo en la primera hora de la carrera pero impensable no asumirlo y arrancar solo desde la parte trasera el resto del día. Una mítica más marcada, una nueva experiencia a la mochila, nuevos estímulos recibidos, nuevos escenarios vividos, recorridos, estrujados hasta grabarlos en mi memoria. Me juré durante varios tramos en carrera que sería una y no más, pero claro ahora en frio solo ha buenos recuerdos y claro, habrá que ayudar al amigo Migue con un número más para la grupera en el sorteo. ¿Volveremos? Sólo él lo sabe.

A la tercera va la vencida, la QH es nuestra chicos.

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