Crónica IRONMAN Cascais 2023

Cascais siempre ha sido importante para nosotros y tras este año lo seguirá siendo, una ciudad, del país vecino, preciosa, grandes momentos entre amigos y viajes marcados por situaciones personales muy importantes. Sobraban razones para volver, entre otras la llegada de la distancia completa de la franquicia tras las primeras ediciones del medio a solas.

Este viaje no era distinto a los anteriores, le teníamos muchas ganas y no defraudó. Con algo de menos tiempo al disputarse la prueba en Sábado junto con el 70.3, pero una situación idónea en cuanto al alojamiento, las horas previas dieron tan solo para las tareas de rigor: un poco de carrera en ayunas, desayuno social, dorsales, feria, comida temprana, bolsas de transición, check-in y a estirar las piernas. Nervios a flor de piel como no podía ser de otra forma e ilusión a partes iguales por el debut de Manel en IRONMAN.

El Sábado amaneció más tarde de lo habitual, la combinación de ambas distancias en el mismo día y el mismo circuito, dejó una lista de salidas interesante y a la postre, más que exitosa en su enfoque. Primero PROs del largo al agua, luego rolling-start para el 70.3 y para cerrar el turno de salidas todos los AG del full. Todo parecía perfecto para un día de disfrute haciendo lo que más nos gusta, es cierto que el Océano Atlántico no tenia su mejor cara más allá de los límites de la bahía, pero no sería mayor problema, para sumar un tiempo perfecto en bici y hasta un poco de agua y frío en la carrera a pie, nada que con la ayuda de la noche le pudiera sumar más épica a la Maratón.

Un calentamiento algo más largo y un par de apretones antes de un gel con cafeína y al corralito, desde que dibujamos este plan antes de cada salida hemos asustado a la maldita ansiedad en el agua, así que seamos formales y cumplamos, mejor no tentar a la suerte. Cajón de 1h10', siempre mejor salir un poco más delante, y a esperar con la suerte de la cercanía de nuestra gente y sus ánimos, gracias chicos, ¡os quiero!

Pistoletazo de salida, o más bien cuenta atrás de 6 segundos y al agua, natación fácil, boyas enormes, cercanas y fáciles de ver, siempre en grupo y a lo que parece buen ritmo para mi con aguas tranquilas. La cosa no pinta tan tranquila a la vuelta de la primera boya de giro, ya llevamos unos 1.800m y toca volver, empieza la aventura. Las olas empiezan ha hacer su gracia, la travesía hasta la siguiente boya de giro en un circuito en forma de L no fue tan fácil y era el giro donde nos esperaba la sorpresa. 

Seguimos nadando, todo pinta bien pero algo no está como debería, no es fácil ver la siguiente boya.

Seguimos nadando en un grupo amplio, todo pinta bien pero algo no está como debería, intentando orientarme noto que aunque se ve el puerto al fondo, no es fácil ver la siguiente boya, y eso en IRONMAN no suele ser normal, ponen boyas de sobra y más. Efectivamente aunque nadamos en la dirección correcta, pronto podemos ver a la seguridad marítima desde las motos de agua pidiéndonos que nos acerquemos a la costa y a buscar las boyas de orientación, dado el oleaje y la previsión de mala mar, el tramo de vuelta no es tan paralelo a la costa y sí más dibujando la forma de la bahía, lo que nos ha hecho digamos que atravesar el arco que forman las boyas sin buscar la dirección hacia la próxima. 

No sé si se entiende, pero en medio del Océano, con más de 40 minutos de natación encima, oleaje importante y gente dándote voces desde motos acuáticas por tu seguridad, a veces no es lo más fácil razonar y tomar decisiones. Aun así elijo seguir avanzando pero más hacia las boyas y no tanto en perpendicular al punto de salida que se veía al fondo, hubo gente que directamente retrocedió hasta estar cerca de una boya, el resultado fue que ellos nadaron mucho más que yo, y yo ya nadé más de 400 metros extra, cosas que pasan.

Finalmente llegamos a la rampa del puerto deportivo que nos da salida hacia el gran Castillo de Cascais y nos espera una transición hasta el Hipódromo de más de 600m sobre una flamante alfombra roja, con más de 4.200m de agua en el reloj y el ánimo y cariño de los nuestros de nuevo, ¡os quiero!

La bici pinta dura, sobre todo en su parte inicial, serán dos vueltas calcadas con varias zonas bien marcadas: salida de Cascais, paso y subida por el Parque Natural de Sintra, vuelta al Circuito de Estoril, rápida bajada a la costa, tirada llana hasta Lisboa, vuelta de 180 grados y paso por Cascais, eso dos veces amigos, 180km.

Por mi parte todo genial, alimentación planeada, ritmo vivo, diversión y todo en su sitio a nivel mecánico, todo bien hasta el kilómetro 90km, no me preguntéis por qué pero mi mente dijo basta, yendo "fresco", divirtiéndome y todo en orden, tocó dar la vuelta a una cabeza que decía que no le apetecía otra vez lo mismo, en estas carreras se muere y se resucita al menos un par de veces, así que tocaba resucitar la primera vez, y no tardó en llegar, algo de auto-trabajo sicológico, recordar por qué estábamos allí, quien nos esperaba en meta y que pocas veces se disfruta de un día así, fue suficiente para estar escalando de nuevo Sintra con las pilas a tope.


Para el resto de bici poco más que contar, ritmo muy constante, una media final rozando los 28km/h, cero problemas mecánicos y alimentación en exceso, sí, el pasar de las 6h totales me hizo comer una barrita de más y fue como las copas, la última es la culpable y no las 5 de antes... No lo sabría hasta empezar a correr.

Transición larga y lenta, por algunas sobrecargas en la última parte de entreno y cuidar las piernas para lo que venia, decido ponerme medias de compresión y ya se sabe, a veces no es tarea fácil, 8min que sumar al reloj y ya estamos corriendo.

La maratón comenzó de la peor forma posible, con piernas pero sin estómago, era intentar echar a correr  y volverse el estómago hasta el punto de tener que parar, unos metros con la compañía de Migue y unos kilómetros de CACOS dieron la vuelta de nuevo a la situación y paso a casi 20km muy sólidos disfrutando de la carrera y del espectacular circuito a tres vueltas mitad paseo marítimo, mitad puerto deportivo de Cascais.

En la tercera vuelta vino la decadencia, sensación de vacío, de no asimilar nada de comida, hace que bajes el ritmo, viento, algo de agua, llega el frio a tu cuerpo y eso no es buena idea, de noche y con las baterías justa para terminar lo que comenzaste, toca andar, ser constante y aunque el pundonor me permite arrancar 50 veces a correr, las 50 tengo que parar.

La gloria está cerca, en cada vuelta veo a mi equipo, ¡os quiero! Les pido que no se mojen, que no pasen frio, pero nada, nada servirá para que no aguanten hasta verme conseguirlo, menuda pasada de meta, casi un pequeño teatro en el que hacer realidad tus sueños.

Noche cerrada, estilo IRONMAN hasta el más mínimo detalle, gente, mucha gente en las gradas y una línea de meta deseada y arropada por los besos y abrazos de ellos, ¡os quiero!

El IRONMAN número 11 ya es historia, una preciosa medalla, una aventura de vuelta y millones de momentos grabados a fuego en mi memoria, han vuelto a marcar en mi mapa interior a Cascais como un lugar al que volver.

Comentarios

  1. Anónimo21.11.23

    I M P E R I A L! (Juan Díaz)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre en mi equipo amigo, gracias por tus palabras!!

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares...

Nike Zoom Fly 5: Crónica de una decepción

Generali Maratón de Málaga, por ahora mejor solo media...

Crónica IRONMAN 70.3 Valencia