El polvo de los días raros
Hay veces en las que las cosas no salen como uno espera y otras, en las que aun saliendo bien, la resaca física y emocional es tal que te arrastra junto a tus peores fantasmas. Muy a mi pesar este podría ser el resumen de mi último año, o si no al completo, sí lo que llevamos de 2025. Os cuento con detalle...
Está siendo una temporada extraña, en la que nada sale como esperaba y en la que cada fecha marcada en rojo en el calendario está siendo un día de la marmota en el que el polvo de los días raros lo envuelve todo.
La larga distancia, sin duda alguna, es un juego de constancia y paciencia en el que la prisa, el estrés o los imprevistos de última hora nunca juegan a tu favor. Si el balance personal no es bueno, si el ritmo de vida no acompaña o si las preocupaciones enturbian tu cabeza hasta el punto de no dejarte disfrutar del camino, hazme caso, es momento de detener el viaje y volver a casa, es tiempo de parar.
La larga distancia, sin duda alguna, es un juego de constancia y paciencia en el que la prisa nunca juega a tu favor.
Cuesta muchísimo construir un calendario de ilusiones y fechas en rojo en las que morder el cuchillo y disfrutar, aun más cuesta renunciar a una de estas citas tras tanto tiempo pensando en el día señalado, cuadrando entrenos, renunciando a los tuyos, luchando contra los obstáculos invisibles o sumando sacrificios personales para apenas sumar lo planificado, pero si no estás disfrutando del camino y el objetivo te aplasta mas que libera, hazme caso, es momento de detener el viaje y volver a casa, es tiempo de parar.
Forzar las cosas te puede sumar un desgaste extra de cara al futuro. Un esfuerzo de última hora, que aún ante las adversidades, te permita colocarte en la línea de salida podría valernos, pero si aun con una preparación impecable, un plan escrito con esmero y una ejecución ensayada 100 veces, las cosas pueden no salir bien, imagínate si tu cuerpo no para de lanzar señales, tu cabeza no es capaz de escucharlo y la terquedad del deportista de fondo te lleva a afrontar el esfuerzo mermado aun cuando el reto en sí ya se antoja complejo con todo rodando en la dirección correcta. Ante estas señales, hazme caso, es momento de detener el viaje y volver a casa, es tiempo de parar.
Hazme caso, es momento de detener el viaje y volver a casa, es tiempo de parar.
En estos casos, es difícil hacerse a un lado, pero si comienzas, si decides afrontar el reto, si avanzas desde la línea de salida hacia la de meta y las sensaciones no son buenas, el cuerpo no responde y la mente no acompaña, la cosa se complica y todo pinta a que la consecución del objetivo necesitará de un desgaste superior al usual por encima de tus reservas de ese día, en ese justo instante y aunque ya te encuentres lanzado hacia tu propósito por pura inercia, hazme caso, es momento de detener el viaje y volver a casa, es tiempo de parar.
Si miramos los objetivos logrados en lo que va de año: una maratón, dos eventos híbridos, dos medias maratones, una maratón de montaña, un XTERRA, un buen puñado de 10k y como guinda del pastel un IRONMAN, todo podría parecer que ha ido rodado y que los resultados, al menos, han merecido la pena, pero créeme, para nada ha sido así.
Si miramos los objetivos logrados en lo que va de año todo podría parecer que ha ido rodado, pero créeme, para nada ha sido así.
Manteniéndome fiel al refranero popular: "consejos vendo y para mí no tengo", muchas de estas citas han sido una carga mas que una ilusión, y el coste de terminar muchas de ellas ha sido tan alto que muchas recompensas se convirtieron en liberación más que en celebración, esfuerzos físicos y mentales que llegaron a condicionar, incluso, los siguientes retos en la lista.
A nivel deportivo, nunca he sido de abandonar algo con lo cual me he comprometido, citas que he marcado como meta en mi calendario, me cuesta muchísimo. Una vez suena el pistoletazo de salida y llegan los momentos difíciles, en mi cabeza no para de recitarse una y otra vez todo volumen el "mantra" de: "Retírate tú que yo no me atrevo".
Manteniéndome fiel al refranero popular: "consejos vendo y para mí no tengo", muchas de estas citas han sido una carga mas que una ilusión.
Ahora en plena "depresión post-IRONMAN", de esto ya os hablaré otro día, toca ordenar ideas, hacer balance y como siempre, intentar aprender de lo vivido. Toca bajar un poco el ritmo, volver a entrenar sin prisas y sin presión, entrenar, sin duda alguna, es lo que más disfruto de todo el proceso. Y sobre todo trabajar en el aspecto personal, en la parte mental y sicológica del día a día. Por que aunque a veces lo olvidemos, antes que deportistas somos personas y mientras que esos objetivos no vayan ligados a nuestra capacidad económica, en mi caso eso nunca va a pasar, siempre tendrá más prioridad una vida y una salud mental balanceada que una lista de retos en los que al cruzar la línea de meta la liberación de terminarlo nos haga pensar que todo el esfuerzo NO compensó frente a la recompensa obtenida.
Creo que es un tema candente y muchas veces repetitivo en estos días convulsos en los que nos ha tocado vivir, pero es importante entender que la salud mental también es salud y que si cuando gozamos de ella solemos tener muchos "problemas", en el momento en que nos falla, pasamos a tener solo uno, el más importante y condicionante que existe, NUESTRA SALUD.
Si estás en este punto, busca ayuda, quizá solo necesites un entreno en el que buscar el "flow" en forma de paz de mental.
No soy nadie para decirte lo que debes hacer, pero si estás en este punto, busca ayuda, ojo, que no tiene por que ser externa y/o profesional, quizá solo necesites escribir todo lo que ronda tu cabeza y plasmarlo frente a tus ojos, quizá solo necesites un libro de autoayuda, una escapada en solitario o un entreno bien largo en el que buscar el "flow" en forma de paz de mental. Sea lo que sea búscalo con más ahínco aun que cuando luchabas por pisar esa alfombra de meta y reclamar lo que habías venido a buscar. Lucha por la medalla de tu paz interior, muy posiblemente la más necesaria de las que cogen polvo en tu repisa de los recuerdos.
NOTAS:
I. No consigo superar la foto que ilustra estas líneas, en su momento (Maratón Sevilla 2025) no supe verlo o quizá sigo sin poder predecir el futuro, pero refleja, a ojos del observador, la esencia de lo que os intento trasladar en este texto: "el alivio como recompensa ante el logro no disfrutado".
II. Esta entrada fue escrita mientras sonaban en bucle tres canciones:
Vaya tela!!!
ResponderEliminarGracias por tu comentario y UN SALUDO!!... anónimo ;-)
EliminarHay una cosa no puedes dejar de ser: inspiración. El resto, amigo, te lo has ganado. Un abrazo, conquistador!
ResponderEliminarChicle para mis oídos cada vez que escribes amigo, muchísimas gracias!! No creas que no me he acordado pocas veces de tu residencia estos años atrás cada vez que se torcía el camino, vamos a sudar para lograr un Otoño de ensueño, VAMOOOSS!!
EliminarGran texto como siempre David!
ResponderEliminarGracias por compartir tus vivencias que aunque en esta ocasión no sean todo lo bonitas que deseásemos leer, siempre están llenas de aprendizaje.
A seguir luchando y seguro que hagas lo que hagas, será lo correcto,porque en lo que a deportes de resistencia se refiere,al menos yo, no conozco a nadie que sepa más de esto.
Un abrazo amigo.