Fuera ruedas macizas
2.000km y un IRONMAN ha durado mi experimento con las ruedas macizas de TANNUS, definitivamente no las recomiendo para nadie que busque algo de rendimiento en su uso.
Todo comenzó buscando poner solución a un problema que siempre me agobiaba mentalmente antes de cualquier prueba de larga distancia, este era poner remedio a un posible pinchazo o avería no reparable en mi cubierta, lo cual podría poner en riesgo terminar un IRONMAN o una marcha de larga distancia en bici.
Las investigaciones iniciales antes de montarlas arrojaron poca luz, no muchos testimonios de uso, salvo algunos deportistas patrocinados, y tan solo la publicidad de la marca. Si bien la apuesta era arriesgada, no me preocupaba perder algo de rendimiento si por otro lado aportaba infinidad de ventajas.
Finalmente decidimos pedirlas y probarlas, digo decidimos por que Manel unas semanas antes que yo, y un servidor justo después, montamos unas TANNUS Portal en nuestra bici de carretera.
Las investigaciones iniciales antes de montarlas arrojaron poca luz, no muchos testimonios de uso, salvo algunos deportistas patrocinados.La verdad es que el feedback de Manel fue bien temprano y bien negativo, pero coincidió con otros cambios en sus ruedas y su configuración y no estaba 100% seguro de echarle todas las culpas a los neumáticos. Algunos problemas de configuración y compatibilidad hicieron que no pudiera seguir probando el material, suerte para él.
En mi caso las monté a poco más de un mes para el IRONMAN Vichy y les di un uso intenso durante las semanas previas a la prueba. Es verdad que las primeras sensaciones no fueron malas, vas algo condicionado por la falta de agarre en las primeras salidas pero al poco se vuelve un neumático estable y seguro que no parece tener muchas pegas. Durante esos primeros kilómetros, digamos 200-300km iniciales no les encontré ninguna pega aparente, es cierto que las sensaciones justo antes de un desafío de este tipo, con la carga de entrenos, el tapering y los nervios, son un poco cambiantes y van por días, pero me podia la positividad de ir libre de pinchazos en el sector ciclista y la paz mental que esto me conllevaba.
El primer batacazo fue en el mismo IRONMAN, fue una sensación super extraña, es cierto que se canceló el sector de natación y que subimos a la bici fríos, sin el estímulo previo en el agua, pero el sector ciclista, con un desnivel considerable para 180km, fue un constante infierno para mí. Tenía la sensación de no poder tirar de la bici, de no encontrar el ritmo, de ir pegado al asfalto en el largo puerto que había que ascender en cada vuelta y posteriormente, de no encontrar esa velocidad de crucero en el llano, que otra cosa no, pero no se me da nada mal encontrarla y mantenerla. No quise echarle las culpas a los neumáticos y sí más a haber tenido un mal día en bici y punto. Después comprobaría que no era yo...
El primer batacazo fue en el mismo IRONMAN, fue una sensación super extraña, tenía la sensación de no poder tirar de la bici.
Tras este primer test he tenido un invierno al completo para seguir probando los neumáticos y vamos si he confirmado que son un auténtico lastre. Cierto que cero pinchazos, estaría bueno con ruedas macizas de por medio, y cero problemas "mecánicos", pero he podido comprobar salida tras salida, escalada tras escalada que la bici se lastraba sola y que mi rendimiento no era el deseado o el acorde al estado de forma en el que creía estar según la época.
La confirmación ha venido esta primera tras varias salidas grupales y la opinión externa de Migue, tercer conejillo de pruebas en sufrir el "invento" en propias carnes.
Personalmente en las salidas en grupo me era imposible seguir al resto, en subidas, más o menos, pero notando mayor esfuerzo, pero en llano, me soltaba de rueda en cuanto la cosa se apretaba lo más mínimo. Es cierto que la sensación de lastre y de esfuerzo para rodar con soltura se ha intensificado mucho en los últimos kilómetros de uso y estamos hablando de que tienen poco más de 2000km y la marca garantiza una vida de unos 6000km, supongo que serán de uso y libres de pinchazos por que lo que es de rendimiento es imposible que los alcance, más viendo en persona el acusado desgaste de mi rueda trasera frente a la delantera.
La confirmación final vino por dos puntos, el primero volver a coger "la cabra", con cubiertas tradicionales, fue el test perfecto de que mi estado de forma no era tan lamentable y de que el ritmo del grupo estaba a mi alcance sin problemas, punto. Y segundo la impotencia de Migue al intentar entrenar y alcanzar sus ritmos durante una semana de visita y bici prestada por Manel con las Tannus montadas: "¿Cómo podéis salir con esas ruedas? Me pasan hasta los caracoles?".
Mi experiencia, nuestra, no ha sido nada buena, no es una "solución" que recomiendo en ningún caso para montar en una bici deportiva, en un vehículo para ciudad ya sería otra cosa, pero sin duda es una tecnología que a día de hoy lastra y mucho, no es barata, no permite el rendimiento de unas cubiertas o tubulares tradicionales y ni mucho menos compensa el ir libre de pinchazos con el resto de inconvenientes que lastra al rendimiento deportivo en cada salida.
Esto no quita que la marca tenga otras soluciones interesantes, esta vez para el mundo del gravel y la MTB, pero si que confirma algunos detalles que he observado ahora que las he sufrido en propias carnes y es que embajadores de la marca como Valentí Sanjuan, las luzca en entrenos pero para sus últimos desafíos, como ha podido ser el reciente IRONMAN Lanzarote, haya montado en su cabra cubiertas/tubulares con válvula de aire como toda la vida de Dios.
Esperemos que en un futuro no muy lejano, bicis, coches y cualquier vehículo con ruedas pueda disfrutar de una tecnología a la altura de las necesidades deportivas y libre de pinchazos, aunque quizá sea fácil saber que sí que sirve, como casi todo primero lo veremos en la tele y a precios desorbitados, cuando llegue a los mortales aquí estaremos para probarlo y contarlo, por supuesto.
Comentarios
Publicar un comentario